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  • Texto: Antonio Montilla Fotos: Juan Cobes

Crónica de un viaje sin prisas


De Sevilla a Madrid. Catorce horas en UT 440.

Hoy, en este mundo de prisas que nos ha tocado vivir, en el que ir de Sevilla a Madrid en seis horas parece excesivo y esperamos con impaciencia la construcción de la variante de Brazatortas para reducir este tiempo a algo menos de tres, el hecho de querer hacer este viaje en catorce horas, sin aire acondicionado y en pleno mes de agosto es motivo más que suficiente para que te tomen por loco. Al menos eso es lo que debió pensar el amable empleado de la ventanilla de información de Plaza de Armas, cuando en junio pasado le consultamos la posibilidad de viajar de Sevilla a Madrid en tranvía. Este viaje comenzó a gestarse el pasado mes de mayo, cuando mi buen amigo y mejor aficionado al ferrocarril Juan Cobes me propuso desplazarnos a Madrid durante las vacaciones estivales para visitar el Museo Nacional Ferroviario. Accedí gustoso, pero le propuse que el viaje lo hiciésemos de día para ver trenes y disfrutar del paisaje, en especial del de Despeñaperros. Para ello, nada mejor que hacerlo en tranvía por ser uno de los pocos trenes en los que aún se puede sacar la cabeza por la ventanilla, aunque sólo un poquito y con la natural precaución por aquello de que “es peligroso asomarse”. Una vez consultadas las guías y vistos los horarios decidimos hacer el viaje en tres etapas: SevillaCórdoba, Córdoba-Espeluy y Espeluy-Madrid. Fecha: 25 de agosto.

Primera etapa. Sevilla-Cordoba

Llegó el dia fijado. Son las cinco de la mañana cuando arribamos a la estación sin apenas haber pegado ojo por culpa del calor. Un vigilante abre las puertas del desierto vestíbulo mientras un enjambre de “mochileros” embutidos en sus sacos de dormir descansan sobre el duro suelo de las aceras. Una joven pareja intenta como nosotros sacar billete ante la cerrada ventanilla hasta que nos informan de que el interventor lo proporciona en el tren pues la ventanilla no abre hasta más tarde. Pasados unos minutos se estaciona en la via 4 la UT 440-201 con remolque intermedio 188.

Es una de las que con asientos tipo electrotrén fueron asignadas a San Jerónimo para el servicio Córdoba-Málaga cuando se suprimieron los TER y que eran fácilmente identificables por sus cristales delanteros algo menores y su franja amarilla en la parte superior del testero. Ahora son ya varias las que han sido modificadas, adoptando ese frontal. A las 5:35 nos dan la salida. Viajamos en familia, maquinista, interventor, la pareja, nosotros y quizá alguien más. Al paso por San Jerónimo vemos que comienza a despertarse, algunos automotores y tranvías tienen ya sus luces encendidas y están dispuestos para iniciar su caminar diario. ¿Donde irán hoy? Córdoba, Huelva, Málaga, Cádiz… Quien sabe, Andalucía, pienso yo. Más tarde descubriría que estoy equivocado.

Nos alejamos de Sevilla en la aún oscura madrugada, la marcha es buena y sin contratiempos. En Los Rosales cinco viajeros esperan. Son empleados de la azucarera, como han cerrado van a Villarrubia, -nos comenta el interventor- antes eran más, pero ahora viven allí. A las 6,20, apenas atravesado el Guadalquivir por primera vez, nos cruzamos con el Costa de la Luz que viaja con casi todas sus luces apagadas y sus viajeros dormidos –es el de Cádiz- nos comentan, ahora bajan desdoblados. En efecto, al estacionar en Lora hace su entrada por el lado de Córdoba la rama de Huelva arrastrada por la 269-224. Entre la composición figuran un camas serie 3000 y dos furgones postales. Se marcha antes que nosotros, que instantes después reanudamos la marcha cruzando en El Priorato con la primera unidad procedente de Córdoba.

Cerca de Peñaflor, en una curva de no mucha visibilidad hay un paso a nivel con guarda. Al pie de la via el guardabarrera con su linterna nos indica que todo está en orden. En estos tiempos de pasos superiores o inferiores y semibarreras automáticas es extraño encontrar a estos profesionales, normalmente en lugares inhóspitos, cuidando la seguridad de los demás. Ya en Peñaflor, estacionados vía general, vemos pasar el Estrella Giralda remolcado por la 269-249 que al circular por la desviada lo hace a moderada velocidad. Nuevo cruce en Hornachuelos, esta vez con la segunda unidad procedente de Córdoba. La estrechez de andén central hace que los escasos viajeros que se han apeado sientan un poco de temor cuando los dos tranvías reemprenden la marcha al mismo tiempo. Con las primeras luces del nuevo día vemos las explanaciones de la doble vía a la salida de Posadas al tiempo que nos enteramos de que la unidad que nos sigue hace el servicio Córdoba-Jaén por lo que nos hemos levantado una hora antes sin necesidad, si bien nos permitirá desayunar tranquilamente y ver el movimiento de trenes en Córdoba en las primeras horas de la mañana.

Disfrutamos al paso por Almodóvar con la vista de su hermoso castillo bajo los primeros rayos de sol y a la entrada de Córdoba con una antigua cisterna de las que llevaban acopladas las “Du-Bousquet” que como entonces está destinada al transporte de agua. Son las 7,44 cuando nos detenemos en la vía 1 de cercanías. La salida hacia Espeluy será a las 9,00 por lo que nos dirigimos a la “fonda” para reponer fuerzas a base de bocadillo y café mientras nos despedimos del maquinista e interventor que regresan a Sevilla. Finalizado el piscolabis nos deleitamos con la llegada del Estrella Mediterráneo con la 250-015 en cabeza, el postal con la composición de Almería, un mercante con la 7698, la unidad de Puente Genil, el Picasso, un TECO procedente de Málaga, la segunda unidad de Sevilla, el Talgo de igual procedencia y el ómnibus Madrid-Córdoba en el que curiosamente circula un 5000 con bogies tipo 8000. Creo que la hora madrugada sin necesidad se ha aprovechado al máximo, ¿o no?.

Segunda etapa. Córdoba - Espeluy - Jaen - Espeluy

A las 9:12 con algo de retraso por la combinación Talgo-Omnibus iniciamos la segunda etapa que nos llevará a Espeluy pero teniendo en cuenta que deberemos permanecer allí cuatro horas decidimos subir hasta Jaén por lo que se lo comunicamos al interventor al objeto de que nos haga el billete de continuación del viaje. Situados como siempre en los primeros asientos podemos observar la via a través de la puerta de la cabina y de las ventanillas. Así podemos ver la estación de Alcolea, punto de partida de la nueva línea de Brazatortas y el puente metálico por el que otra vez cruzamos el Guadalquivir.

En Marmolejo hay estacionados dos camiones con las ruedas modificadas para circular por la vía. También vemos el arroyo, hoy seco, que en julio provocó la inundación de Arjonilla en cuya estación aún hay un vagón con las señales del barro. En Andújar, mientras observamos un tren puro de cisternas, pasa sin parada el expreso Barcelona-Cádiz, son las 10,20, no sé por qué pero me parece que va algo retrasado. En marcha de nuevo circulamos entre el Guadalquivir y una ladera a la que han hecho una buena labor de contención, es el kilómetro 353. Instantes después llegamos a Villanueva de la Reina donde nos esperan un puro de tolvas con la 8622 y un puro de plataformas encabezado por las 7829 y 7601, curiosamente última y primera de sus series. Tras pasar por el pontón metálico bajo el que cruzaba la línea de Andaluces que se dirigía a Linares, entramos en Espeluy, andén lado Jaén y podemos ver a la 1343 recién pintada haciendo maniobras.

Unos minutos de parada y partimos hacia Jaén. Sólo 32 Km. pero que 32 Km. Una sucesión de curvas de pequeño radio que tienen su máximo esplendor en las proximidades de Jaén, cuando la ciudad comienza a verse sucesivamente por las ventanillas izquierda y derecha. Al fin a las 11,10 entramos en Jaén con la sorpresa de que sobre las vías de salida, dirección Puente Genil, están construyendo la nueva estación a la que se entrará por una variante que parte de la línea actual unos kilómetros antes y cuya explanación también ha comenzado. Un paseo por la ciudad para estirar las piernas y rápidamente a la estación para ver llegar los dos únicos trenes que nuestro horario nos permite, la unidad 440-041 procedente de Madrid-Atocha y el expreso de Barcelona.

Mientras esperamos el expreso de Barcelona se nos acerca el Jefe de Estación y nos suelta como un escopetazo: -Vosotros ¿de que asociación sois? Nunca pensé que se nos notase, aunque la verdad es que por Jaén no debe ser muy frecuente ver esta rara especie y el hecho de que él fuese secretario de la jienense le proporcionaba un buen conocimiento del personal. Platicamos con él unos momentos hasta que a las 13,16 con dos minutos de adelanto sobre el horario previsto hace su aparición el expreso de Barcelona. La composición está formada por la 269-014, la de los colores estrella y el BB-8514 exclusivamente. Aprovechando que la unidad llegada de Madrid baja a Espeluy para enlazar con los rápidos decimos adiós a Jaén, no sin antes enterarnos de que viajaremos hasta Madrid en la misma unidad que nos ha llevado a Jaén y que previamente había partido de Sevilla, o sea, que las unidades de San Jerónimo hacen servicio hasta Madrid y no sólo Andalucía como yo pensaba. De nuevo en Espeluy y una vez sacado el billete reponemos fuerzas en su estupenda cantina evocadora de otros tiempos, con mayor movimiento de viajeros por ser punto de unión entre Andaluces y MZA.

Ultima etapa. Espeluy - Madrid

Son las 14,40 cuando hacen entrada simultáneamente, cada uno por su andén, el rápido Madrid-Sevilla y la unidad Jaén-Madrid que nosotros hemos de tomar y en la que apenas dos minutos más tarde nos dirigimos a cruzar por tercera y última vez el Guadalquivir, también por un puente metálico, esta vez de cinco tramos. Apenas cruzado comienzan las rampas, preludio de lo que nos espera hasta que lleguemos a las llanuras castellano-manchegas. En doce minutos estamos en Linares-Baeza. Antes hemos visto como un puente metálico de la línea de Almería ha sido sustituido por otro de hormigón construido a su lado. Un TECO con una 2100 sin identificar y la 269-213, está estacionado. Parada de un minuto y nuevamente en marcha pues en Vadollano nos esperan un tren de cisternas con 8629 y un electrotren 444 que creo que hace el servicio Madrid-Málaga. Nuestra unidad trepa por estas rampas como una gacela. ¡Que buen resultado está dando este material!. Olvidaba decir que este maquinista no es amigo de puertas abiertas, así que nuestra visión se ha reducido bastante ahora que viene lo mejor. En fin, no todo el monte va a ser orégano. Algo sucede, hemos reducido la marcha hasta detenernos.

Nos asomamos a la ventanilla y vemos que hemos parado ante una señal permisiva en rojo que rebasamos transcurrido el tiempo prescrito y continuamos con marcha a la vista hasta la siguiente señal que nos da paso, alguien debe ir delante nuestra. En Vilches está la causa de nuestra parada. Es un mercante arrastrado por 7662. ¡Quien la ha visto y quien la ve! La otrora orgullosa encargada de remolcar el Talgo RD entre Barcelona y la frontera, ahora está como sus compañeras ocupada en más bajos pero no menos necesarios menesteres. Desde aquí comienza una sucesión de túneles y puentes digna de ser vivida.

Lo lamentable de viajar en tren es que no se puede ver el tren, pero yo he recorrido todos estos parajes viendo y fotografiando todo lo que se ponía ante el visor de mi cámara, imagino en cada momento la imagen que debe estar dando nuestra unidad en estos túneles y puentes al mismo tiempo que disfruto del paisaje que desde ella se ve, que no es poco. A las 16,06, estacionados en Almuradiel, punto más alto de la línea pues según su placa son 800,0 mts., cruzamos con el Torre del Oro que si no va a la hora poco le sobra y que abre la procesión. En Santa Cruz un mercante, poco después el Talgo de Málaga.

En Valdepeñas la 3002 “Virgen de Fátima” que baja aislada, algo ha debido pasar, pensamos. En efecto, en Madrid nos enteramos que por un descarrilo cerca de Almería el Talgo se ha quedado allí y por tanto el que baja acoplado al de Granada se encontrará sin máquina en Moreda por lo que han enviado por delante esta que cruzamos aquí.

Sigue la procesión con otro mercante, el Talgo Cádiz-Huelva en Manzanares, nuevo mercante con la 8631, en Herrera el Talgo Granada-Almería, la 8610 que circula aislada, la 8627 con plataformas y una “Panchorra” con otro mercante. Hacemos un alto a la entrada de Alcázar, un mercante con una “francesa” entra por la línea de Valencia y tras él lo hacemos nosotros. Mientras nos detenemos, del andén contiguo parte el Talgo de Cartagena y unas vías más allá una Alsthom remolca a una Mitsubishi, suponemos que hacia el depósito. Son las 17,35, llevamos doce horas de viaje, estamos en Quero y pasa otro Talgo con locomotora diesel. ¿Cuantos van ya?. El sol que ha descendido bastante entra a raudales igual que los viajeros, que poco a poco han ido llenando el tren y bajando las persianas. Me veo en la obligación de hacer lo mismo por lo que nuestra visión queda reducida a una sola ventanilla lateral a la que ni siquiera podemos asomarnos, en estas condiciones cruzamos con tres desconocidos. Una unidad 600 y nos plantamos en Aranjuez donde no me resisto a subir la persiana y fotografi ar su maravillosa estación. Desde aquí los cruces son contínuos y el material diverso, desde unidades 600 hasta un moderno electrotrén 444-500 que vemos en Villaverde Bajo, donde por otra parte circulamos en paralelo con una de la unidades que hace servicio de cercanías por las nuevas vías que tienen su andén en el antiguo patio de coches de Atocha.

A las 19,03 nos estacionamos en la vía 9 de Madrid-Atocha, han pasado catorce horas desde que entrabamos en el vestíbulo de Sevilla, la verdad es que estamos algo cansados, pero creemos que la experiencia ha merecido la pena y se la recomendamos a todo aquel que quiera saturarse de trenes que es de lo que se trataba.

Aún permaneceremos dos horas más en Atocha, hasta la llegada del Talgo de Granada en el que debe llegar D. Plácido Pérez, nuestro anfitrión en Madrid, ayudante de locomotoras Talgo que gentilmente nos ha ofrecido su casa para que durmamos esta noche y que mañana nos acompañará todo el día por los distintos centros ferroviarios de la capital y al que desde estas líneas expresamos nuestro sincero agradecimiento.

 

Nuestro agradecimiento a "Algo más que imágenes", revista de "El ferrocarril en Andalucía"

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Fuentes de información:

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